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¿Qué es el nazismo?
El Nazismo surgió en Alemania en los años 30. El término Nazi es una abreviación de «Nacional Socialismo», los dos pilares políticos utilizados por Adolf Hitler para atraer el voto de la población. La definición de nazismo está dada por su nombre de forma literal e inequívoca. Por un lado, era nacionalista, dado que buscaba unir a la población detrás de la idea de una Gran Alemania unidos por un idioma y características raciales similares. Por el otro, era socialista, dado que buscó dirigir la economía desde el Estado para controlar a los agentes económicos. No a través de la nacionalización de los medios de producción, sino a través de una estructura económica completamente autoritaria. El Nazismo promovía una ideología de supremacía racial, antisemita, nacionalista y militarista.
La palabra clave para comprender el nazismo es ‘control‘: control de la opinión pública a través de la propaganda, control de los ‘no alemanes’ a través de su identificación, control de la política a través del partido único (en 1933 se proscribió toda actividad política por fuera del partido Nazi), control de los agentes económicos a través del autoritarismo, control de las importaciones y exportaciones, y control del Estado a través de la Gleichschaltung (coordinación o sincronización, en alemán).
El nazismo era profundamente anticapitalista: esgrimía un discurso antiglobalista para despertar fuertes sentimientos en sus seguidores, en busca de un apoyo más emocional que racional. Al encontrar en todo momento enemigos externos para los males de Alemania, el nazismo se presentaba como un movimiento salvador, que le podría devolver a Alemania su gloria perdida y reparar los «daños indignos» que habían sufrido tras la Primera Guerra Mundial.
Es a menudo también mencionada la oposición del nazismo con el comunismo. Pero es importante mencionar que esta diferencia no era ideológica, sino que era una puja por obtener el apoyo de la clase trabajadora. El nazismo, al igual que el fascismo, llegaron y se mantuvieron en el poder gracias al apoyo de los trabajadores, a quienes decían defender. Además, el comunismo en Europa tras la Revolución Rusa respondía a una lógica internacionalista: los distintos movimientos comunistas respondían directamente a las órdenes de Moscú. Sin embargo, a pesar de las similitudes ideológicas en su concepción anticapitalista, para el nazismo era inaceptable que los alemanes apoyaran a un movimiento foráneo, y que acataran órdenes que no respondían a intereses alemanes sino a intereses internacionales. El régimen nazi enfatizaba la supremacía de la nación y la raza alemanas, viendo con profundo recelo cualquier influencia externa que pudiera amenazar la soberanía y la identidad nacional. En este sentido, la lealtad a ideologías y mandatos extranjeros era vista como una traición a los valores y a la unidad del pueblo alemán.
Hitler y el comunismo, en sus propias palabras
Estos son algunos extractos de los discursos de Hitler sobre el marxismo. En este primer discurso, Hitler mismo menciona que la diferencia con el comunismo no es ideológica, sino que está dada por el caracter internacionalista del comunismo, que está en flagrante oposición con el espíritu nacionalista del Nazismo:
Las ideas por las cuales estamos gobernados son diametralmente opuestas a las de la Rusia Soviética. El Nacional Socialismo es una doctrina que se aplica exclusivamente al pueblo alemán; el bolchevismo pone énfasis en su misión internacional.
Nosotros, los Nacionalsocialistas, creemos que a largo plazo el hombre solo puede ser feliz en su propia nación. Vivimos con la creencia de que la felicidad y los logros de Europa están indisolublemente conectados con la existencia de un sistema de estados nacionales libres e independientes. El bolchevismo predica la constitución de un imperio mundial y solo reconoce secciones de una Internacional central.
Nosotros los Nacionalsocialistas reconocemos que cada pueblo tiene derecho a su propia vida interna de acuerdo con sus propias necesidades y caracter.
El bolchevismo, por otro lado, establece teorías doctrinarias que deben ser aceptadas por todas las naciones sin tener en cuenta su carácter particular, disposición o tradiciones.
El Nacional Socialismo se esfuerza por resolver problemas sociales, junto con cuestiones y conflictos en su propia nación, mediante métodos que son compatibles con nuestras ideas, tradiciones y circunstancias humanas, espirituales, culturales y económicas generales.
El bolchevismo predica un conflicto de clases internacional y la realización de una revolución mundial por medio del terror y la fuerza. El Nacional Socialismo tiene como objetivo superar y equiparar los contrastes desfavorables en la vida social y en unir a toda la población en el trabajo colaborativo.
En la medida en que el bolchevismo puede ser considerado un asunto puramente ruso, no tenemos ningún interés en él. Cada nación debe buscar su salvación a su manera. Pero en cuanto el bolchevismo engloba a Alemania dentro de su alcance, sin embargo, somos sus enemigos más mortales y fanáticos. 21 de mayo de 1935.
Adolf Hitler from Speeches 1933-1938, Terramare Office, Berlin W, disponible en el link https://archive.org/details/AdolfHitlerFromSpeeches/
El lector debe notar la ironía del mensaje pacifista de Hitler en 1935 frente a los sucesos posteriores tras la anexación de Austria en 1938. Frases como «El bolchevismo predica un conflicto de clases internacional y la realización de una revolución mundial por medio del terror y la fuerza» nos hablan de cómo los líderes más sádicos pueden hacernos creer que son personas inocentes, cuando en los hechos, sus acciones y políticas desatan precisamente el tipo de violencia y opresión que públicamente denuncian. Este contraste revela una manipulación calculada de la retórica y la imagen pública, utilizada para encubrir o justificar sus verdaderas intenciones y acciones totalitarias.
Hitler defendía ideales colectivistas, como podemos observar en este discurso de 1936:
En la medida en que nos vemos privados de mercados extranjeros para nuestras exportaciones, nos vemos obligados a restringir nuestras importaciones. Hasta ese punto, para que el trabajo productivo alemán no se estanque, debemos emplear un proceso complicado para la producción de las materias primas que nos faltan internamente o bien debemos usar sustitutos. Esta tarea solo puede ser emprendida mediante un sistema económico planificado. 21 de mayo de 1935.
Adolf Hitler from Speeches 1933-1938, Terramare Office, Berlin W (p.46-47), disponible en el link https://archive.org/details/AdolfHitlerFromSpeeches/
Hitler también hablaba de la burguesía con tono despectivo, ya que siempre se describía como un hombre del pueblo, de las masas:
Debemos tener las materias primas necesarias si queremos tener algún comercio de exportación, y exportar debemos si queremos cubrir nuestras modestas demandas de alimentos. Si dejáramos de importar materias primas, el único resultado sería un aumento inmediato en las cifras de desempleo. Pero en este aspecto nosotros, como gobierno Nacional-Socialista, tenemos la visión perfectamente natural – aunque puede ser una que muchos extranjeros no puedan entender – de que no nos preocupa tanto la pregunta de por qué a veces hay menos mantequilla que en otros momentos, o por qué debería haber una pequeña escasez de huevos, sino más bien que es nuestro deber en primer lugar asegurarnos de que la mayoría de nuestra gente permanezca empleada y continúe ganando salarios, preservándose así de volver a caer en la terrible angustia que es la suerte de los desempleados. No nos interesa tanto la cantidad de mantequilla que las clases altas pueden obtener durante todo el año, como si nos interesa asegurar grasas baratas para las masas tanto como sea posible y, sobre todo, en evitar que los trabajadores sean explusados de sus trabajos. Por supuesto, los gobiernos burgueses que nos rodean simplemente no pueden entender eso, pero Alemania no tiene un gobierno burgués, el nuestro es un gobierno Nacional-Socialista!
Adolf Hitler from Speeches 1933-1938, Terramare Office, Berlin W (p.47), disponible en el link https://archive.org/details/AdolfHitlerFromSpeeches/
Gleichschaltung: coordinando el estado nazi
Gleichschaltung es un término alemán que se refiere a la nazificación de la sociedad alemana después del ascenso al poder de los nazis en 1933. Una vez que Hitler se convirtió en canciller, él y el Partido Nazi buscaron “coordinar” todas las instituciones políticas, sociales y culturales a través del Estado nazi en nombre de la unidad nacional. Esta “coordinación” permitió al Partido Nazi ampliar su poder al crear un estado de partido único, afectando desde gobiernos locales hasta actividades de ocio para niños.
Creación de un Estado de partido único
El objetivo principal de la Gleichschaltung era la creación de un Estado de partido único controlado por los nazis. En enero de 1933, Hitler se convirtió en canciller en una Alemania aún multipartidista. En febrero, el edificio del parlamento alemán (Reichstag) fue incendiado y los nazis aprovecharon la oportunidad para culpar al Partido Comunista y emitir el Decreto del Incendio del Reichstag, que suspendió las protecciones de derechos civiles, libertad de expresión y debido proceso en la Constitución alemana.
En abril, el gobierno alemán promulgó la Ley para la Restauración del Servicio Civil Profesional, que excluyó a los judíos y oponentes políticos de todos los cargos del servicio civil. El 24 de marzo de 1933, Hitler logró aprobar la Ley Habilitante, que le permitió promulgar leyes sin consultar al Reichstag, incluso si estas leyes entraban en conflicto con la Constitución alemana. Así, la democracia parlamentaria en Alemania cesó definitivamente.
El Partido Nazi también buscó controlar la vida económica, social y cultural en Alemania. En mayo de 1933, todos los sindicatos fueron abolidos y reemplazados por el Deutsche Arbeitsfront (DAF, Frente Alemán del Trabajo), que creó un sindicato único que incluía a trabajadores y empleados de todos los sectores económicos.
En septiembre de 1933, el ministro de propaganda nazi, Joseph Goebbels, creó la Cámara de la Cultura del Reich, que coordinaba la literatura, la música, el teatro, la radio, el cine, las bellas artes y la prensa. Los grupos organizados bajo partidos políticos o sindicatos fueron disueltos y los que quedaron se organizaron bajo la órbita del Partido Nazi. Incluso las organizaciones de niños se nazificaron, con la Juventud Hitleriana convirtiéndose en el único grupo juvenil legal en Alemania en 1934, y la participación se volvió obligatoria en 1939.
Además, el tiempo libre también fue coordinado según los principios nazis en el programa “Fuerza a través de la Alegría” (Kraft durch Freude), que ofrecía paquetes turísticos subsidiados, clases de música y arte, oportunidades de acondicionamiento físico y entradas de teatro y conciertos patrocinados.
Gleichschaltung fue un proceso de coordinación diseñado para poner bajo control nazi todos los aspectos de la vida alemana. Casi ninguna parte de la vida alemana quedó intacta por el nazismo. Esta coordinación permitió al Partido Nazi consolidar su poder y controlar la sociedad alemana en todos los niveles, moldeando la vida política, económica, social y cultural de acuerdo con sus ideales y objetivos.
¿Por qué surgió el Nazismo en Alemania?
Las causas del Nazismo
Tras la Primera Guerra Mundial, la situación económica de Alemania era desesperante. Para lidiar con la situación económica, el Reichsbank, el banco central de Alemania, emitió una cantidad creciente de billetes, lo que provocó una hiperinflación. La economista alemana Jutta Hoffritz explica que la Reichsdruckerei (la imprenta del estado alemán) empleó a tres veces más personas que antes de la guerra, y casi todas las demás empresas de impresión en Alemania trabajaban para el Reichsbank con el propósito de imprimir dinero. Prácticamente toda la industria de procesamiento de papel se dedicó a imprimir nuevos billetes.
La inflación abarcó un periodo de 3 años desde junio de 1921 hasta julio de 1924. Según la «Tabla de inflación e hiperinflación mundial» desarrollada por Steven Hanke y Nicholas Krus, la hiperinflación más pronunciada de Alemania ocurrió entre agosto de 1922 y diciembre de 1923. El mes con la tasa de inflación más alta fue octubre de 1923, con una tasa de inflación mensual del 29,500%. La tasa de inflación diaria equivalente fue del 20.9%, lo que significa que los precios se duplicaban cada 3.70 días. Durante este período, la moneda utilizada en Alemania era el Papiermark, y el índice de precios utilizado para medir la inflación fue el índice mayorista.
Durante la época en que se introdujo el billete de 1 billón de marcos, muy pocos ciudadanos se molestaban en recoger el cambio que les correspondía al gastarlo. A medida que avanzaba el año 1923, con la tasa de cambio de un dólar equivaliendo a un billón de marcos, la degradación del valor monetario se hizo evidente. Finalmente, la moneda perdió todo su significado.
Esto provocó desempleo masivo, la caída del valor de los ahorros de las personas, la bancarrota de muchas empresas y, como resultado, la crisis económica en la República de Weimar.
La mala situación económica de Alemania se vio agravada por la Gran Depresión de 1929, tras la cual se volvió a disparar la tasa de desempleo. Numerosas empresas quebraron, y las que se salvaron fueron absorbidas por el Estado. La performance económica de Alemania durante la Gran Depresión fue igual o peor que en Estados Unidos, y significativamente peor que otros países vecinos como Inglaterra o Francia.
En este contexto, Adolf Hitler comenzó a dirigirse a los trabajadores, con promesas de mejoras laborales. De hecho, su partido político se llamaba «Partido Nacionalsocialista Obrero Alemán». En su retórica, culpaba a todos los agentes económicos extranjeros que residían en Alemania, dado que según él, «le robaban el pan a los trabajadores Alemanes». Así, culpaba de los males económicos al pueblo judío, a los gitanos, a los comunistas (por su dependencia de las órdenes de Moscú) y a los capitalistas y liberales (dado que era una ‘plutocracia que respondía a fuerzas extranjeras’). En este aspecto discursivo, era un movimiento muy similar al fascismo de Mussolini.
Características del nazismo
Su retórica mezclaba pasajes de odio sobre cualquier componente ajeno a la cultura alemana, a la vez que hablaba (irónicamente) de un mensaje de paz, y acusaba a sus opositores de transmitir un mensaje de odio. Algunos ejemplos contenidos dentro de ‘Mein Kampf’ son los siguientes:
Ya entonces saqué las conclusiones de aquella experiencia: Amor ardiente para mi Patria austro-alemana y odio profundo contra el Estado austríaco.
En estas horas se apoderaban de mí tristes ideas y malos presagios. Vi ante mí una doctrina [NdeR: la socialdemocracia] llena de egoísmo y de odio, que, por leyes matemáticas, podría alzarse con la victoria, pero que arrastraría hacia la ruina a la Humanidad.
El alemán que hablaba en mi juventud era el dialecto hablado en la Baja Baviera. No conseguía ni olvidarlo ni aprender la jerga vienesa. Cuanto más tiempo permanecía en aquella ciudad, más aumentaba mi odio contra la extraña mezcla de razas que comenzaba a corroer aquel viejo centro cultural alemán.
El Movimiento [Nazi] tiene que educar a sus adeptos de tal manera que necesiten realizar los mayores esfuerzos. No deben temer la enemistad del adversario, sino considerarla como condición esencial para su propia existencia. No se deben atemorizar por el odio ni las vociferaciones de los enemigos de nuestra nacionalidad y de nuestra ideología; por el contrario, deberán más bien ansiarlos. La mentira y la calumnia son manifestaciones propias de ese odio. [NdeR: los opositores eran los liberales y la socialdemocracia, que acusaban al nazismo de adoptar métodos violentos para intimidar a sus detractores].
Cuanto más nos difamen, más nos uniremos. Los que nos consagran el odio más mortal, son justamente nuestros mejores colaboradores.
Todo eso tenía, sin embargo, un lado bueno. En los círculos en que los adeptos, o por lo menos los propagandistas de la Socialdemocracia caían bajo mi vista, se incrementaba mi amor por mi propio pueblo.
En toda su obra, menciona la palabra “odio” 52 veces y “amor” 33 veces. Muchas de estas menciones contienen mensajes racistas, que no vamos a reproducir aquí.
¿Qué características tenía la economía Nazi?
La economía Nazi y su enfoque en el intervencionismo
La economía Nazi se caracterizaba por el férreo control estatal sobre los agentes económicos. El Estado controlaba la producción, el empleo y los precios.
El nazismo llegó al poder con la promesa de crear una «tercera vía» opuesta al mismo tiempo al «comunismo bolchevique» y a la «plutocracia americana». Por «comunismo bolchevique», obviamente se referían al comunismo leninista. Por «plutocracia americana» se referían al modelo de producción en masa norteamericano capitalista basado en las grandes corporaciones que había tomado gran importancia a partir de la década de 1890, y particularmente en la década de 1920. Hitler resentía a ambos, ya que según él, los dos sistemas estaban manejados por el pueblo judío. Por lo tanto, el partido Nazi impulsaba una economía colectivista, autoritaria, nacionalista y basada en el desarrollo militar. Estaba fundamentalmente en contra de que las fuerzas del mercado dictaran el rumbo de la economía, y prefería una estructura más centralizada y controlada. Existía una clara oposición al libre mercado, y al libre comercio internacional. En la economía existía el mismo nivel de control que hemos explicado al hablar del Gleichschaltung. Se controlaban los precios de los productos, los salarios, el tipo de cambio, la balanza de pagos, la cantidad de marcos alemanes en el extranjero, las importaciones, y hasta incluso las exportaciones.
La economía Nazi y la implementación de la filosofía de «autosuficiencia»
El partido Nazi prometía crear una economía alemana lo más autosuficiente posible. Para tal fin, introdujeron numerosas barreras a la importación, a través de cuotas, licencias de importación y exportación, y de altos impuestos aduaneros, promoviendo así la industrialización por sustitución de importaciones. A pesar de que esto era económicamente ineficiente, la economía era pensada desde el punto geopolítico, más que desde el mejor aprovechamiento de los recursos.
Respecto a la propiedad de las empresas, el nazismo privatizó varias empresas en el periodo desde la llegada al poder en 1933 hasta 1937. Pero no lo hizo por una cuestión ideológica cercana al liberalismo (el cual despreciaba profundamente) sino que lo hizo para poder contar con recursos por fuera del presupuesto nacional que le permitieran construir su estructura militar. El gobierno Nazi dejó de emitir un presupuesto nacional detallado a partir de 1935. ¿Por qué necesitaba el nazismo contar con recursos por fuera del presupuesto nacional? A raíz del Tratado de Versailles de 1919, Alemania había renunciado a la posibilidad de tener un ejército. La única forma de financiar la creación de un nuevo ejercito en las sombras, sin recibir sanciones económicas y sin despertar sospechas de la comunidad internacional, fue a través de una serie de privatizaciones que no eran más que un espejismo. Fueron un espejismo dado que el nazismo sabía que, más avanzado su gobierno, volvería a controlar la actividad económica a través de un sistema autoritario. Hacia 1937, las regulaciones introducidas por el gobierno Nazi en la economía, que restringian completamente las libertades económicas, sugieren que en la práctica se eliminaron los derechos propios a la propiedad privada. Es decir, la privatización no tuvo consecuencias prácticas, dado que el Estado asumió el control total del sistema económico. Los riesgos quedaban en manos de los privados, pero las directivas que controlaban a los agentes económicos provenían inquívocamente desde la administración central. De hecho, los mayores beneficiados por el sistema de privatizaciones entre 1933 y 1937 fueron partidarios y colaboradores del partido Nazi. No se favoreció un sistema de libre competencia, sino de mercados cautivos que eran protegidos de la competencia externa a través de medidas proteccionistas.
En 1931, Hitler declaró en una entrevista con el periodista Edouard Calic que:
Quiero que todos conserven lo que han ganado, sujeto al principio de que el bien de la comunidad tiene prioridad sobre el del individuo. Pero el estado debe retener el control; cada propietario debe sentirse como un agente del Estado… El Tercer Reich siempre conservará el derecho de controlar a los propietarios de bienes.
Las empresas que se privatizaron fueron las que anteriormente mencionamos que se habían absorbido desde la órbita estatal tras la Gran Depresión (transporte público local, bancos, acero, minería, astilleros, servicios públicos, etc). Más tarde, a partir de 1937, de hecho se crearon varias empresas públicas para sectores estratégicos de la economía, a fin de contar con un control total sobre el acero y otras industrias estratégicas.
Respecto a su política monetaria, se creó un complejo sistema que permitía diferir la emisión monetaria al futuro. Esto traería graves consecuencias en el largo plazo, pero permitía aumentar considerablemente la financiación en el corto plazo, para prepararse para la guerra. Su política monetaria funcionaba de este modo: el Estado compraba grandes cantidades de productos a las principales empresas alemanas a través de contratos “obligatorios”. Estos productos no eran pagados con dinero, sino con “pagarés” o notas de promesas de pago. Dado que el partido Nazi controlaba gran parte de la economía, podía forzar a las empresas a aceptar estas condiciones. Estos pagarés se firmaban con varios años de plazo de pago, pero con una opción de ser extendidos nuevamente en caso de ser necesario. Las empresas, por su parte, podían utilizar estos “pagarés” para saldar sus propias deudas, dado que estaban respaldadas por el Estado, creando así una cuasi-moneda paralela al marco alemán. Esta forma de financiación trajo serios problemas a partir de 1936.
Las consecuencias iniciales de este programa económico resultaron ser significativas, ya que la tasa de desempleo se redujo drásticamente de un 30% a menos del 5%. Esto generó una percepción errónea de que el programa económico estaba teniendo éxito. Este es el problema de ver la política de forma cortoplacista: las soluciones fáciles inexorablemente traen serias consecuencias futuras. Hacia 1937, luego de 3 años de «política económica exitosa», se fueron incrementando los problemas por el déficit en la balanza de pagos, la caída en los términos de intercambio y el estancamiento económico. Todo esto precipitó las decisiones de declarar la guerra para intentar conquistar territorios en Europa del Este y Europa Central, región rica en recusos naturales. Estas conquistas le permitieron al régimen Nazi demorar una crisis económica que hubiera sido inevitable. La crítica situación económica a partir de 1940 dio lugar a la creación de los famosos campos de concentración, donde no solo ocurrió el genocidio del pueblo judío, sino que también se mantuvo durante varios años un sistema de trabajo completamente esclavo.
En “Mein Kampf”, existe una cita que representa el desequilibrio mental que padecía Hitler. La frase describe de manera esquizofrénica que el comunismo no es más que una herramienta utilizada por el capitalismo, lo cual es completamente absurdo. Puede encontrarse en el capítulo VIII del libro:
Nuevamente comencé a enriquecer mis conocimientos y llegué a penetrar el contenido de la obra de […] Karl Marx. Su libro ‘El capital’ empezó a hacérseme comprensible y, asimismo, la lucha de la socialdemocracia contra la economía nacional, lucha que no persigue otro objetivo que preparar el terreno para la hegemonía del capitalismo internacional.
El nazismo en la actualidad
¿Qué es el Nazismo en la actualidad?
Putin y el nazismo
Existen sugestivas similitudes entre el nazismo y el movimiento que se está gestando en este momento en la Rusia de Vladimir Putin.
En primer lugar, el sistema económico ruso tiene un bajo nivel de libertad económica. El desarrollo de las empresas locales se prioriza por sobre los capitales foráneos sin reparos de su viabilidad económica, sino desde un punto de vista meramente geopolítico. Existen fuertes controles a la salida de capitales, y una gran inferencia de la política en los agentes económicos.
Además, existe un fuerte control sobre los medios de prensa y las protestas. La censura es moneda corriente, al igual que las violentas represiones a manifestantes opositores. No existe libertad de expresión en Rusia: solamente puede expresarse quien está a favor del régimen. Por ejemplo, se criminalizó la utilización de la palabra ‘guerra’ en los medios de prensa tras la invasión a Ucrania. Entre los años 2004 y 2014 fueron asesinados 260 periodistas. Líderes opositores como Aleksey Navalny sufrieron atentados contra su vida, y se encuentran actualmente encarcelados. Las elecciones se producen con serias sospechas de fraude. Todas las personas que protestan contra la guerra en Ucrania son detenidas, y deben pagar una multa por ‘desacreditar el honor de las Fuerzas Armadas’. OVD-Info recopila diariamente información sobre detenidos políticos, y las multas que deben pagar.
En relación a la invasión de Ucrania, la retórica de Vladimir Putin es preocupante. Ha repetido en palabra escrita y oral que “Ucrania no existe”, lo cual se puede consultar en este artículo, en este y en este. Para entenderlo mejor: Putin hace referencia a que Rusia y Ucrania son un solo país. Del mismo modo que Hitler soñaba con unir a Alemania y a Austria, Putin sueña con unir bajo una sola frontera a Rusia y Ucrania. De hecho, su ensayo “sobre la unidad de Rusia y Ucrania” tiene sorprendentes similitudes con los argumentos de Hitler. Sin ir más lejos, ya el segundo párrafo de ‘Mein Kampf’ dice lo siguiente:
La Austria germana debe volver al acervo común de la patria alemana, y no por razón alguna de índole económica. No, de ningún modo, pues aun en el caso de que esta fúsión, considerada económicamente, fuera indiferente o resultara incluso perjudicial, debería efectuarse a pesar de todo. Pueblos de la misma sangre se corresponden a una patria común.
Las similitudes entre el escrito de Putin y el escrito de Hitler son flagrantes. Entonces, ¿qué hizo cada uno para concretar su sueño de unir a estos pueblos que ven como un elemento indivisible? Anexación por reférendum. Lo hizo Hitler con Austria, y lo hizo Putin con Crimea y Donbas. En ambos casos, el resultado fue un 99% a favor de la anexación. Parece inverosímil, pero todos fuimos testigos de ello.
Es importante aquí esclarecer una definición importante: la de genocidio. Para ello, es conveniente acudir a los conceptos acuñados por Raphael Lemkin, creador del término:
Las nuevas concepciones requieren nuevos términos. Por “genocidio” nos referimos a la estructura de una nación o de un grupo étnico. Esta nueva palabra, acuñada por el autor para denotar una vieja práctica en su desarrollo moderno, está conformada de la palabra griega antigua genos (raza, tribu) y la palabra latina cidio (matar), así correspondiente en su formación a palabras como tiranicidio, homicidio, infanticidio, etc. En términos generales, el genocidio no significa necesariamente la destrucción inmediata de una nación, excepto cuando se logra mediante la matanza masiva de todos los miembros de una nación. Se trata más bien de un plan coordinado que lleva a cabo diferentes acciones encaminadas a la destrucción de los fundamentos esenciales de la vida de los grupos nacionales, con el objetivo de aniquilar a los propios grupos. Los objetivos de tal plan serían la desintegración de las instituciones políticas y sociales, de la cultura, el idioma, los sentimientos nacionales, la religión y la existencia económica de los grupos nacionales, y la destrucción de la seguridad, la libertad, la salud, la dignidad y incluso las vidas de las personas que pertenecen a esos grupos. El genocidio se dirige contra el grupo nacional como una entidad, y las acciones involucradas están dirigidas contra individuos, no en su capacidad individual, sino como miembros del grupo nacional.
Dado que Putin intentó tomar Kyiv, bombardeó la infraestructura civil utilizada para prestar servicios básicos, invadió el país vecino, forzó el traslado de niños ucranianos a familias rusas y negó la existencia de la nación, sus acciones claramente encajan dentro de la definición de genocidio. No por haber atacado a un país, sino por negar su existencia y negar su idioma.
¿Qué es el Russkiy mir?
Todo esto se puede explicar a través del Russkiy mir, o el ‘Mundo Ruso’. El Russkiy mir es una narrativa fundamental en la cultura rusa, que realza la identidad de la “Madre Patria”. Sucede que Rusia es un crisol de pueblos sumamente distintos entre sí. ¿Qué los une? El Russkiy mir. La veneración de una madre patria que es, fue y será siempre un gran imperio, con las ideas correctas, los valores correctos (en oposición a los valores económicos y sociales de Occidente), y una identidad que permite a todos los pueblos identificarse con un sentimiento común. En otras palabras, es una construcción colonialista que centraliza las órdenes en Moscú, pero que llama a los pueblos a hermanarse detrás de un imperio, de un objetivo en común. El problema es que el Russkiy mir es infalible, y no acepta que nadie le diga que está equivocado. Ha creado, cual tragedia griega, una díada de “lo bueno y lo malo” que los distingue del resto del mundo. Todos los integrantes del Russkiy mir se sienten de alguna forma superiores al resto del mundo (especialmente, superiores a los países limítrofes que ocupan la «esfera de influencia rusa»), y creen defender los valores correctos (que normalmente excluyen a las minorías tales como los homosexuales, los extranjeros o los disidentes políticos). El Russkiy mir tiene su paralelo con el “espíritu nacional” del fascismo, que unía a todas los pueblos italianos bajo una identidad ultranacionalista. Como dijo Mussolini en 1921, «El Fascismo debe desear que dentro de sus fronteras no existan más venecianos, romañoles, toscanos, sicilianos y sardos: sino italianos, sólo italianos», o en 1929 cuando dijo «Las diferencias morales de otro tiempo han concluido. Para el Régimen no existe Norte y Sur: existe Italia y el pueblo italiano». No son pocas las citas de Mussolini que encajarían perfecto dentro de la definición de Russkiy mir. Es probable que existan más de 50 citas tan solo en el libro «El Espíritu de la Revolución Fascista» que encajarían perfectamente.
Los medios rusos utilizan diariamente la definición de “neo-nazis” para referirse a los ucranianos, cuando en realidad si hay una nación y un pueblo que está repitiendo los pasos del nazismo, ese es el ruso. Esto nos lleva naturalmente al siguiente capítulo de esta historia.
Zelenskyy, Ucrania y el Nazismo
¿Existen individuos que se identifican con el movimiento nazi en Ucrania? Sí, igual que en Rusia y en todos los países del mundo. ¿Estos individuos formaban parte del ejército ucraniano? No oficialmente, sí extraoficialmente dado que se toleraba su existencia. Igual que en Rusia (está documentada la existencia de fanáticos del nazismo dentro de fuerzas que responden a Moscú) y en otros países del mundo. ¿Justifica esto una invasión total, en la que inevitablemente habrán víctimas civiles en todo el territorio ucraniano? No, bajo ningún concepto.
¿Cuál era la escala del problema antes del año 2022? De acuerdo a los informes de Amnisty International, existen 33 casos documentados de individuos que fueron interrogados por fuerzas paramilitares en hechos fuera de la ley, e incluso golpeados, en la región de Donbas, durante el año 2014. ¿Existe el problema? Sí. Pero está muy lejos de la escala de «genocidio» a la que hace referencia Vladimir Putin cuando mencionó sus excusas para invadir Ucrania. Es evidente que el conflicto, gravísimo en sí mismo, podría haberse solucionado de otra forma. Rusia no tiene nada que hacer dentro del territorio ucraniano.
¿Qué hay de las «miles de víctimas civiles» en Donbas por los constantes bombardeos de las Fuerzas Armadas Ucranianas? Las víctimas datan de los años 2014 y 2015, durante los cuales los rebeldes de Donbas recibieron armas por parte de Rusia para crear un movimiento independentista. Esto es una práctica común en varios países, y durante esos 2 años hubo más de 3,400 víctimas civiles a causa de los enfrentamientos (considerando muertes y lesiones graves o leves). Alrededor de 2,000 víctimas civiles ocurrieron durante los conflictos armados que se desataron en 2014. Durante ese año, las fuerzas separatistas y las fuerzas rusas dispararon misiles desde zonas densamente pobladas. Dentro de esos 2,000 víctimas civiles, están consideradas las 300 víctimas fatales del vuelo MH17 de Malaysia Airlines que fue alcanzado por un misil ruso en julio 2014. Luego de que se calmaron los conflictos armados, hubo 0 víctimas por enfrentamientos. En el 2016 hubo 112 víctimas (entre fallecimientos y heridos leves o graves) a ambos lados de la disputa territorial, en 2017 el número fue de 117 víctimas, en 2018 fue de 58 víctimas, en 2019 fueron 27, en 2020 fueron 26 y en 2021 fueron 25. Casi la totalidad de las víctimas fueron a causa de las minas plantadas por ambas partes durante el conflicto. Ucrania no bombardeó a la población civil de Donbas durante los últimos 8 años. Simplemente no sucedió.
Links de interés:
- Falso: no existió ningún genocidio en las zonas separatistas de Ucrania.
- Otro artículo analizando la falsa acusación de Putin, y los antecedentes de su retórica. Retórica que ya había funcionado antes, en Georgia, en 2008.
- La lista de 57 reportes de la OHCHR (Office of High Comissioner of Human Rights, el órgano de control de los Derechos Humanos dentro de la ONU) sobre la situación en Ucrania.
¿El Nazismo fue de derecha o de izquierda?
Voy a intentar responder esta pregunta de forma poco ortodoxa. Todos aprendemos en el ámbito educativo que el nazismo constituyó un movimiento de extrema derecha. Pero para que esta información haya llegado a los manuales escolares de historia, es necesario que historiadores o académicos hayan previamente clasificado al nazismo bajo esta categoría. Esta clasificación se basa en la interpretación histórica y política de los eventos y las ideologías de la época. Es importante reconocer que la categorización de los movimientos políticos en términos de “izquierda” y “derecha” puede ser compleja y a veces controversial, dependiendo del contexto histórico y cultural.
Los referentes más destacados, que han marcado la historia del Nazismo y su orientación política fueron los siguientes:
- Hans Mommsen: Mommsen era miembro del Partido Socialdemócrata de Alemania, uno de los partidos políticos más antiguos del mundo, de orientación centro-izquierda, desde 1960 hasta su fallecimiento en 2015. Mommsen comenzó analizando a la clase trabajadora alemana, y luego se convirtió en un referente indiscutido sobre Hitler y el Holocausto.
- Timothy Mason: Mason fue un historiador británico autoproclamado marxista. Durante su vida universitaria participó de la fundación del periódico de izquierda «History Workshop Journal». Centró sus estudios en la clase trabajadora bajo el régimen Nazi. Mason fue un apasionado historiador con una fuerte carga ideológica, que sin duda es un referente a la hora de hablar de Hitler y del Holocausto.
- Hans-Ulrich Wehler: puede decirse que Wehler es uno de los historiadores más influyentes del mundo de posguerra en materia de Nazismo. Según reza su obituario en el periódico inglés The Guardian, Wehler aplicó el concepto marxista de conflicto de clases a sus estudios de la historia alemana. Su obituario también menciona que «Wehler presentó por primera vez estas opiniones en su notable obra breve “El Imperio Alemán 1871-1918”. Consistía en secciones breves y argumentativas, originadas en conferencias que sus estudiantes en Colonia le habían suplicado, como un joven profesor de izquierda, que escribiera, y que impartió en teatros de conferencias llenos en una atmósfera de entusiasmo casi revivalista».
- Eric Hobsbawm: quizás uno de los historiadores cuyas ideas tuvieron mayor influencia en los textos escolares. Su postulado sobre «el largo siglo XIX» y «el corto siglo XX» forma parte de la curricula de historia a lo largo y ancho del mundo. Hobsbawm es un ferviente y declarado historiador comunista. Fue miembro del Partido Comunista de Gran Bretaña, y del Grupo de Historiadores del Partido Comunista. No hay ninguna ambigüedad sobre su inclinación política.
Esta lista puede continuar de forma casi indefinida, y la gran mayoría de los historiadores van a responder al mismo patrón que podemos observar aquí arriba.
Si los principales referentes sobre el Nazismo y el Holocausto han sido en su abrumadora mayoría comunistas o referentes afiliados a partidos de izquierda, ¿no podría esto haber influenciado la forma en que se categoriza al nazismo en el espectro político? A menudo, la interpretación histórica está sujeta a los prejuicios y perspectivas de quienes la escriben. Por tanto, es posible que la visión de estos historiadores haya tenido un impacto en la percepción predominante del nazismo como un movimiento de derecha.